1981 / Leppe: Cuerpo vacante (acción corporal)

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En mayo de 1981, Carlos Leppe, acompañado de Nelly Richard, Carlos Altamirano y Justo Pastor Mellado visitan la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica, cuando esta se encontraba en el Campus Lo Contador. El objeto de la visita era exponer el trabajo de Carlos Leppe, artista significativo que había sido objeto, en noviembre de 1980, de un libro dedicado a su obra, “Cuerpo correccional”, escrito por Nelly Richard y que se había convertido en un objeto editorial ineludible para las nuevas generaciones. Al mismo tiempo, Leppe deseaba entrar en contacto con los estudiantes, buscando consolidar su presencia en un medio que había manifestado un interés creciente por lo que en ese momento tomó el nombre de “prácticas de desplazamiento”, desarrolladas en el marco de la enseñanza de Eduardo Vilches.

Leppe buscaba cambiar el estilo de las visitas de artistas a explicar su obra en una escuela. Solicitó a Justo Pastor Mellado sustituirlo en una acción que denominó “cuerpo vacante”. Leppe se negaba a comparecer y le solicitaba a un agente cultural (un crítico) que hablara en su lugar. La iniciativa no había sido discutida en profundidad en el seno de la comunidad de trabajo que formaban en ese entonces Leppe, Nelly Richard y Carlos Altamirano. El acto de solicitar a otro que ocupara su lugar dejado manifiestamente vacante, era lo suficientemente ambiguo como para que la tentativa no condujera a un resultado esperado. Más bien, provocó una confusión que condujo a una productiva discusión sobre el rol de la vacancia de un cuerpo y  del discurso como sustituto de obra. Mellado ocupó un asiento en el lugar del profesor (en un extremo de a sala), mientras Leppe tomó lugar en un banco universitario, entre los estudiantes, no sin antes haber pegado sobre el muro de la sala, a espaldas de Mellado, una fotocopia que reproducía el retrato de su madre, obtenida de una de las páginas del libro a que se ha hecho mención. La sala estuvo, siempre, en una semi-penumbra, que permitía que fuese proyectada sobre el pizarrón blanco de formalita, una secuencia de diapositivas que presentaban la obra de Leppe en sus diferentes fases.

El resultado de esta intervención fue desastroso para las expectativas que se había planteado Leppe, y por la incómoda posición que asumió Mellado, dando lugar a una situación que sería calificada por Nelly Richard, al término de la sesión, como un acto fallido.