«Chile Vive» fue una muestra realizada, entre el 19 de enero y el 18 de febrero de 1987, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, España. La exposición, que estuvo dedicada al arte y la cultura chilena de la época, contempló la exhibición de fotografía, arquitectura, pintura, escultura, literatura y medios de comunicación. Su organización estuvo a cargo del Ministerio de Cultura de España, la Comunidad Autónoma de Madrid, del Instituto de Cooperación Iberoamericana y del Centro de Expresión e Indagación Cultural Artística (CENECA).
En el marco de esta exposición Carlos Leppe participó con una acción corporal y una instalación, cuyo título no está determinado. En el catálogo de «Chile Vive» la instalación aparece nombrada como “Self-portrait”, mientras que en el libro “Cegado por el oro” (Carlos Leppe, 1998) aparece como “La casa de Troya”.
Para la instalación Leppe contó con una sala exclusiva, la cual intervino con una suerte de paralelepípedo de madera de gran tamaño, que remeda una mediagua chilena. Por esta razón llamaremos mediagua a este objeto.
La mediagua en cuestión tiene cuatro ruedas, todas fabricadas de distinto material, que la mantienen separada del piso. A su vez, contiene en su interior una pequeña instalación con diarios, una botella y ampolletas encendidas. La mediagua, debido a sus características, ocupando el centro del espacio asignado, determinó el recorrido por la muestra, ya que el tránsito debía realizarse por los pasillos que quedaban entre la mediagua y el muro perimetral de la sala. La exposición podía ser visitada tanto por la derecha, como por la izquierda. Para efectos de esta descripción proponemos pensar en cuatro zonas, que son los pasillos que se forman entre los muros de la mediagua y los muros de la sala. Cada zona se identificará con un número que se asigna imaginando un recorrido de derecha a izquierda.
La zona I corresponde a la entrada de la sala; por tanto lo primero que recibía al visitante era una de las paredes de la mediagua. De debajo de esta salía una tela delgada y larga similar a un cuerda. Su extensión era tal que iba más allá del espacio de la sala y ocupaba un pequeño pasillo de entrada que separaba a aquella del resto del Círculo de Bellas Artes. Un vez dentro de la sala, habiendo tomado la derecha, ingresamos a un pasillo (la zona II).
A lo largo del pasillo se dispusieron diferentes elementos, algunos se encontraban cercanos a la mediagua, otros frente al muro de la sala y otros que finalmente lo intervienen directamente. Lo primero que aparece es una caja de madera, que estaba puesta de modo inclinado sobre una roca. En el costado derecho tenía pegada una fotografía de la infancia de Leppe en la que aparece con su padre y en su interior una serie de dibujos imprecisos hechos con colores. Bajo ella y rayando directamente el piso se percibían 17 rayas de color negro, todas paralelas delimitando un territorio. Inmediatamente donde terminan las rayas, vemos dos estacas de fierro oxidadas que están amarradas una al lado de la otra. Sobre la caja y apoyado desde el muro emergía un corazón hecho con alambre del cual colgaba una ampolleta encendida. Detrás de esto, entre el piso y el comienzo del muro de la sala había pintada una línea irregular con manchas que se extiende desde el comienzo del muro, primero en color amarillo y luego en color azul. Estos colores conducían hasta una escalera doble, que en sus escalones tenía paños colgando. Asimismo, en la parte superior de la escalera había dos pequeños parlantes (que por solo contar con material fotográfico, no hemos podido determinar si se encontraban en funcionamiento).
Después de la escalera recién descrita, había otras cuatro escaleras realizadas sobre el muro. La primera (de derecha a izquierda) estaba dibujada con grafito y de modo esquemático, era una escalera delgada. Luego había dibujada en negro una más grande y ancha. La tercera era la más corta y estaba hecha con cuerda sobre el muro. La cuarta y última tenía más relieve ya que parecía estar hecha con palos de madera. Desde debajo de la segunda escalera y sobre el piso habían cenizas, las que estaban dispuestas como un montón de unos ochenta centímetro de largo y veinte de ancho. Sobre esto hay dos linternas de material metálico que están apagadas. Delante de lo recién descrito había una silueta de una cabeza de perfil cuyo material podría ser madera, que encima tiene un objeto que parece ser un aparato electrónico abierto. Al lado de esta y delante de un montón de pelo con el que las cenizas se topaban, había una esvástica incompleta hecha en madera. Como ya se mencionó, las cenizas se topan con un montón de pelos que tienen forma de cerro y sobre él hay una figura de yeso de la virgen. Del montón de pelos salía también un tubo delgado, blanco y largo que estaba inclinado y que se apoyaba en el mismo muro que tenía dibujadas las escaleras. Hemos llegado a una esquina de la sala.
Antes de pasar a la zona III, nos devolveremos, en este recorrido propuesto, para describir los objetos que estaban dispuestos al costado de la mediagua. Una de las ruedas de este lado estaba hecha con una galleta metálica y la otra era de madera con fierro. Entre las dos ruedas, saliendo de debajo de la mediagua, había un paño grueso y de color negro que tenía forma rectangular y que estaba puesto apaisadamente. Sobre él había un paño blanco que tenía la misma forma, pero era de menor tamaño y tenía escrito en una esquina: «H.MODERNO». Sobre este hay un lavatorio (el que está frente a las estacas de fierro ya mencionadas) que tiene un líquido y dibujos en el fondo. Detrás de él y apoyado a la mediagua, un espejo viejo y sin marco, que tenía forma rectangular y que se encontraba puesto verticalmente. Desde un orificio hecho en la madera de la mediagua salía una correa de perro y, finalmente, en la esquina del paño negro había un montón de huesos cortados. Entre ellos el que más se distinguía era el correspondiente a una mandíbula, puesto que se veían dientes.
En la zona III el espacio se expandía, ya que no había un muro recto, sino que muros de menor tamaño que tienen una forma hexagonal, lo que determinó que el espacio fuese semicircular e irregular. En esta zona había una escalera de madera doble, que se encontraba inclinada, porque el lado más cercano a las paredes del fondo era más corto. Ese lado más corto estaba puesto sobre una mancha de color azul que cubría una parte del piso y que llegaba hasta el muro central del fondo. Al subir la vista por dicho muro, el visitante se encontraba con dos trazos lineales, gruesos e irregulares de color amarillo que se extendían hasta toparse, formando un triángulo irregular y de gran tamaño, mientras que desde la parte alta del muro colgaba una cuerda gruesa. Sobre el trazo del lado izquierdo y apoyado al muro había una equis negra hecha de madera. Inmediatamente terminada la mancha del piso, alejado de los muros había un montón de pequeñas maderas cortadas, sobre cuya cima había una pequeña estatua de una figura olímpica masculina.La cuerda que salía del muro pasaba por encima del montón de madera con figura recién descrito y terminaba amontonada a su lado.
Ubicado más delante de los elementos recientemente descritos y más cercano a la mediagua había una alfombra rectangular confeccionada con distintas telas. Sobre esta y ubicadas de forma ordenada una al lado de la otra, se encontraban seis tablillas de maderas rectangulares que tenían una cruz en relieve que las atravesaba de lado a lado. Arriba de estas y sobre la alfombra también, habían por el lado derecho tres más de estas tablas. Cercana a estas y también sobre la alfombra, ubicado hacía la derecha habían cinco elementos: una silla de madera y de color oscuro, sobre la cual se encontraba un tejido con forma de equis en el que se reconoce una bandera chilena. Así como el tejido estaba aún en los palillos, los ovillos rojo y azul estaban puestos en el piso. Al costado derecho de la silla, había un paquete de palos con espinas amarrados con lana, semejando un paquete de cochayuyo. Al costado izquierdo de la silla había una maleta cerrada y amarrada con unas cuerdas blancas. Al lado izquierdo de la alfombra, inmediatamente terminada esta y cercana al muro, había un anafre eléctrico encendido con una olla llena de piedras encima, hirviendo en agua. Más cercano a la maleta y también fuera de la alfombra, había una cruz hecha con leños y unida con cuerdas. Todo lo recientemente descrito es muy similar al escenario en el cual Leppe realizó la acción.
Montado en uno de los muros del lado izquierdo y en altura se encontraba montado el signo + fabricado en neón. Debido al registro no hemos podido determinar dónde estaba el signo -, pero es probable que, considerando que es un elemento que se repite en la obra de Leppe, estuviese montado a igual altura en un muro del lado derecho.
Ya comenzando la zona IV, en la esquina que se producía entre la pared del fondo y el muro del lado izquierdo de la sala, se encontraba un plinto con un televisor en el cual se reproducía una video acción de Leppe titulada “El ruiseñor y la rosa” (1985). De acuerdo a esta investigación, creemos que una vez realizada la acción de Leppe en “Chile Vive” el video fue reemplazado por el registro de la misma. Esta hipótesis se levanta a partir de las imágenes que aparecen en prensa y en el catálogo de “Chile Vive” referidas a la obra de Leppe. Esas imágenes corresponden a fotogramas del video, mientras que el registro de la instalación nos muestra que en la pantalla del televisor aparecía una imagen de Leppe con lentes, tal como apareció en la acción y que no coincide con el guión de “El ruiseñor y la rosa”. Finalmente, cabe mencionar que ambas acciones tienen elementos comunes, puesto que en ambas Leppe se amarró varillas con espinas en su antebrazo y comenzó a silbar.
Debido a las imágenes del registro en sala con las que contamos hay un espacio de la zona IV que no logramos determinar. Cercano a la salida, en el muro de la sala se encontraba montada una serie de guantes de polietileno, desechables y transparentes, que en su interior tenían manchas de colores. Los guantes estaban dispuestos unos al lado de otros, en filas de diez y columnas de cinco; en total, cincuenta guantes. En el costado izquierdo superior había un pedazo de marco y en el costado izquierdo inferior un pedazo de tela negra. Bajo esto y sobre el piso habían 10 hileras conformadas por unos triángulos de material desechable.
En la esquina formada entre el muro de la sala (zona IV) y el muro donde estaba la entrada (zona I) a aquella había, montada sobre un montón de pelo, cubierto por un polvo blanco que podría ser tiza blanca, cal o yeso, una silla de madera pintada de color blanco, cuyas patas delanteras estaban cortadas, mientras que las traseras estaban intervenidas por un par de ruedas. Sobre la silla había mucha tiza/yeso/cal y un nivel de madera. Frente a la silla, enterrado también en el polvo, se encontraba un cartón que subía por el muro. Estaba la mitad pintada de blanco y en el lado derecho tenía pegada la imagen de un típico rodeo chileno. Al costado derecho de la silla puesto sobre el polvo había una ampolleta encendida.
En el mismo muro de la salida habían colgados tres cuadros, dos de los cuales estaban montados al revés y el tercero exhibía su tela totalmente en blanco. Bajo ellos se leía pintado en azul y amarillo (colores que ya habíamos encontrado en la sala) «PINTURA CHILENA». Arriba de la palabra «pintura», también al muro, había una mancha de colores rojo y azul. La intervención en dicho muro se extiende, pero no es posible describirla mejor, puesto que el registro no lo permite.